El mito del líder

A mi criterio, los LÍDERES de organizaciones como personas individuales deberian tender a desaparecer si se quiere una organización saludable.

Todo el mundo es un líder en una empresa ya que el camino y forma final de la organización en el futuro es el resultado de todas las cabezas trabajando juntas. La idea de un gran cerebro que sabe más acertadamente el camino a seguir no es correcta ni posible.

Dicho esto, he visto iniciativas Scrum sin al menos 1 líder, lo que provoca serios problemas en la auto-organización sobre todo si las personas de los equipos no son maduras a nivel de agilidad, pasando de ser auto-organización a anarquía.

Muchas empresas impulsan una forma de pensamiento que cree en líderes particulares, lo cual es una trampa que le quita a la compañía poder, ya que finalmente delega en ellos el pensar e innovar, lo que aumenta el comando y control y otros patrones no deseables.

Pon un líder pero deja que se diluya tan pronto como sea posible. No es una novedad que la mayor parte de las personas prefieran ser lideradas que liderar. Aquellos deseosos de ser un buenos líderes deberían perderse en las multitudes, y para ello, tendrían primero que gestionar sus egos y ver que lo importante no es quienes son sino en centrarse en las formas en que puedan contribuir para mejorar la validación de aprendizaje, el buen juicio, y la facilitación de las tareas de los demás.

Las mejores empresas son aquellas donde deseas que la otra persona sea realmente exitosa, se apoye al liderazgo rotativo, incremental y evolutivo de la organización.

Gracias por escucharme,
Erich.

¿Estás atrapado en una empresa de cárcel psiquiátrica?

Las metáforas permiten a las personas explorar ideas y tomar acciones fuera del pensamiento convencional que utilizan cada día, y ello es fundamental en las empresas ya que favorece la creatividad y permite enfocar las compañías hacia un área de crítica activa y productiva que cree empresas distintivas y servicios excepcionales.

¿Qué te viene a la cabeza cuando piensas en el término cárcel psiquiátrica? A mí me recuerda la película de Leonardo Di Caprio “The shutter Island”, donde los presidiarios psiquiátricos eran mantenidos en una isla para proteger a la sociedad de estos y así favorecer la paz y evitar el conflicto.

La cárcel psiquiátrica es una metáfora creada por Gareth Morgan consultor empresarial y profesor en la universidad de York (Toronto) hace ya décadas. La metáfora ilustra como una organización puede verse atrapada en una forma particular de pensamiento que conlleve patrones que encaminen un círculo vicioso que  inhabilite el “salir” hacia nuevas formas de razonamiento.

Estos patrones restringen la creatividad, prohíben el cambio, no contribuyen con nuevas ideas y hacen que la compañía no se pueda adaptar para su supervivencia.

«La cárcel psiquiátrica da la idea de que las organizaciones son creadas y sostenidas por procesos conscientes e inconscientes, donde la gente es encarcelada o confinada por las imágenes, ideas, pensamientos y acciones que estos procesos dan lugar.»

Una empresa con el patrón de cárcel psiquiátrica favorece un pensamiento que apunta hacia la abolición (artificial) del conflicto y reafirma la paz, con el fin de mantener su ecosistema.

¿Cómo identificas si tu empresa se encuentra atrapada dentro del patrón de cárcel psiquiátrica? Observa las siguientes características:

  • Personas evitan el conflicto a toda costa – El conflicto favorece la creatividad y hace que las empresas puedan encontrar nuevas formas de hacer las cosas. Si se acompaña de períodos de reflexión regular, constituye una herramienta fundamental para su crecimiento. Falta de conflicto lleva al estancamiento. Si tu empresa evita el conflicto a favor de la paz es un síntoma… sigue leyendo.
  • El pensamiento de las masas es seguido a rajatabla – Las personas deberán seguir y conformarse con el pensamiento de las mayorías, ya que se supone que este indica buenas formas de realizar las cosas. Luego de un tiempo, las personas normalmente se acostumbran a seguir en vez de tener nuevas ideas sobre como hacer las cosas, o crean ideas que son solamente el reflejo de un modelo de pensamiento estricto. Recuerda aquí se empuja a mantener la paz.
  • Se premia el comportamiento similar – Se gratifica a aquellos que se adecúan a los comportamientos estándares, incluso cuando ellos prueben no ser efectivos pero alcancen la paz se desvíen de crear conflicto con otros, favoreciéndose así la uniformidad. Ello da como resultado que se premie e incite la incompetencia o competencia restringida al modelo. La homogeneidad es el enemigo de las organizaciones, cuanto más distintas sean las personas, más pensamiento creativo y diferenciador de empresa se tendrá. Una organización donde se contratan a personas con similar perfil es un error que exhibe una de las características de cárcel psiquiátrica. 
  • Se usan prácticas predictivas y políticas dictadas – Aquello instaurado por alguien que está por encima en la jerarquía es siempre razonable, aunque ello carezca de fundamento o razón, siendo difícil de cambiar aunque ello demuestre una menor entrega de valor al cliente. Aquí, las personas se adaptarán a seguir prácticas y políticas sin cuestionar ni mejorar al sistema, con el fin de obtener premios, seguir a las masas y evitar el conflicto. Aquí es fundamental que las personas reflexionen y critiquen las premisas para lograr un cambio.
  • Se evitan responsabilidades que puedan brindar conflictos – Si hay una decisión a tomar que pueda dar como resultado un conflicto, los individuos trataran de no asumirla y dilatar o buscar otras opciones que favorezcan la paz pero no la discusión e introspección posterior, lo que no favorece la integridad de un sistema honesto y realmente productivo.

Si tu no ayudas a entender los patrones organizacionales de tu empresa, ella te gestionará a ti, sin que puedas darte cuenta de su alcance y de que ello está pasando.

¿Es tu empresa una cárcel psiquiátrica?

Puedes encontrar técnicas para crear una organización más sana, en mi último libro “Lidera el cambio exponencial”.

Gracias por escucharme,
Erich.